Esta organización cultural, que ya facilita exposiciones, clases, programas públicos y residencias de estudio en Miami Beach, está preparando su nuevo hogar en Little River, al norte del artístico barrio de Wynwood. Cuando el espacio abra sus puertas en 2024, lo hará con un cofre de guerra nutrido principalmente por los 78 millones de libras que la institución se embolsó al vender su antigua sede de South Beach. Este dinero se destinará a aumentar las actividades para los visitantes, como talleres de grabado, pintura y fotografía; más exposiciones con talentos locales, por ejemplo su reciente muestra con el fotógrafo Roscoé B Thickè III; y el crecimiento de una colección centrada exclusivamente en artistas de Miami.

Miami se ha convertido en un centro artístico y pocos lugares personifican la idea del hotel como galería como el Faena Hotel. Este establecimiento de influencia Art Decó, supervisado por el hotelero argentino Alan Faena, gurú con sombrero panameño, y diseñado por el director de cine Baz Luhrmann, es eminentemente teatral, con espectáculos regulares de cabaret en el auditorio de terciopelo rojo. También hay arte por todas partes, con una escultura de Damien Hirst de un esqueleto de mamut de camino a la playa y exposiciones itinerantes en los distintos espacios del hotel con la marca Faena. Las sensuales y saturadas imágenes de Miami Beach del fotógrafo Tony Kelly se expusieron recientemente en la Faena Art Project Room.

Esta enorme galería experiencial, que abrió sus puertas el año pasado en el distrito de Allapattah, de mayoría latinoamericana, combina un ambiente divertido con instalaciones de artistas de primera fila y el respaldo de la megagalería neoyorquina Pace. En Nueva York sería imposible encontrar un espacio tan grande, pero aquí está al alcance de la mano. Después de atravesar una nube de humo o contemplar con asombro una instalación lumínica de James Turrell, los visitantes pueden comer en la cafetería con los colores del arco iris, obra del diseñador británico-nigeriano de culto Yinka Ilori, una instalación permanente que merece una visita.

Al otro lado de la calle de Superblue se encuentra la nueva ubicación del esplendoroso Rubell Museum, que abrió sus puertas en 2019 en un antiguo espacio industrial que fue transformado por la renombrada arquitecta de galerías Annabelle Selldorf. Es un excelente ejemplo de lo que el mundo del arte llama el Modelo Miami: museos privados construidos por grandes apostadores para exhibir sus propias colecciones, en este caso más de 7.000 obras de casi todos los peces gordos del arte contemporáneo en los que puedas pensar, desde gigantescos Basquiats tempranos hasta una sala espejada de bolas de acero de Yayoi Kusama pasando por obras de Hirst, Koons y el resto.

Durante casi cincuenta años ha sido el corazón cultural de Mustique, donde generaciones de propietarios, huéspedes, pescadores y piratas van a soltarse la melena.

Considerada una de las diez mejores playas del mundo, es una espectacular media luna de arena blanca bajo un frondoso dosel verde de palmeras.

Originalmente era un antiguo almacén de algodón. El hotel fue el primer proyecto de construcción que se emprendió en la isla. Fue diseñado en 1968 por Oliver Messel, destacado escenógrafo teatral británico, que se había labrado una reputación por las extravagantes y originales casas que había diseñado en la vecina Barbados. The Cotton House cuenta con una colección de diecisiete lujosas suites y casas de campo con terrazas privadas y piscinas de inmersión, situadas en los jardines tropicales de la finca.